RELATO LITERARIO
Crónicas de una habichuela
Érase una vez un padre y un hijo llamados Pepe Habichuela y Juan Habichuela. Como eran muy pobres, Pepe le pidió a su hijo que fuera con su abuelo (Eustaquio habichuela) al pueblo de al lado a cantarse unas bulerías a cambio de unas monedas.
Cuando llegaron a Toledo; el pueblo de al lado, Juan se arrancó cantando la gozadera y un ser misterioso en vez de monedas le entregó mongetes màgiques, un objeto tan poderoso como las grajeas de Harry Potter. Satisfechos, y para hacer más ameno el viaje, Juan y Eustaquio Habichuela regresaron a casa cantando “Yo no como más judías porque me sientan muy mal”.
Al llegar a casa Pepe no se lo podía creer, ¡lo único que habían ganado era un par de judías! Cuando de repente, se oyó un ruido en el patio… Los Habichuela salieron a descubrir que ocurría y vieron a un gato que hablaba con un acento muy español, ¡era el gato con botas y, se llevaba las habichuelas! Antes de irse las arrojó al suelo y de ellas creció una gran planta que llegaba hasta el cielo.
Juan y Eustaquio no se lo pensaron dos veces, treparon por la planta hasta descubrir una isla flotante donde se encontraba un gran castillo, el castillo dl gigante Gulliver. Allí el gigante tenía apresado al gato con botas, pues había intentado robarle algunas de sus obras (Hombre comiendo habichuelas de Anibal Carracci y Aventando las habas de Mariangeles González Muriño)
Mientras Gulliver preparaba todo para cocinar al gato, Juan y su abuelo Eustaquio, sigilosamente fueron a rescatar al felino. Juntos huyeron del castillo, y cuando el gigante Gulliver estaba a punto de alcanzarlos… el gato con botas sacó su espada excálibur y cortó la planta que los unía.
En agradecimiento, el gato con botas le entregó a la familia innumerables riquezas y así todos fueron felices y comieron…. habichuelas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario