En esta entrada podrás leer el relato literario que hemos creado a partir de las referencias de nuestra constelación literaria.
EL PARAÍSO
El bosque estaba desierto, Eva sabía que no debía, pero ni siquiera su padre estaba allí, estaría dando un paseo por el lago, como siempre. Sabía que aquel lugar era perfecto; tenía todo cuanto podía imaginar, pero esto se convirtió en su perdición. El aburrimiento la estaba consumiendo. Decidió acercarse al árbol y coger aquello que tenía prohibido: la manzana.
No sabía las consecuencias que sus actos podrían conllevar, y esto la incitó más a coger la manzana, pero al acercarse al árbol, su intriga se transformó en temor cuando vio aparecer de la nada a una mujer de aspecto extraño, que le prometió la juventud y la vida eterna a cambio de nunca más ver su reflejo. Pese al miedo, ella accedió, por supuesto, solo quería salir de allí.
De pronto todo a su alrededor cambió, era como si hubiera viajado a otro mundo. Todo estaba rodeado de objetos que reflejaban, quizá esta era la razón por la que padre no me dejaba coger la manzana –dijo ella. En realidad no le parecía tan malo, solo debía evitar verse reflejada. En el lugar también se encontraban unas pequeñas casas, unas casas tan pequeñas que ni un brazo suyo cabría en ellas. Se dispuso a buscar un sitio en el que resguardarse, pero cuanto más caminaba, más reflejos se encontraba.
Desesperada, regresó sobre sus pasos y tocó una de esas pequeñas puertas. Para su sorpresa, un pequeño ser se asomó tras ella . Estuvieron charlando un rato, este le contó que se llamaba Enkidu y que era el protector del pueblo, también le contó que mucha gente había muerto en ese lugar, víctimas de la maldición del espejo. Ella le preguntó si había alguna forma de romper esa maldición, sin mucha esperanza.
Pero sí había una forma, derrotar a la bruja Satella, la bruja de la envidia. Esta bruja llevaba siglos atormentando a jóvenes desesperadas como Eva, pues no soportaba que alguien fuera más joven y hermosa que ella. Vencerla era realmente sencillo, solo debía llegar a su castillo y romper un pequeño espejo que la bruja siempre llevaba consigo para asegurarse de que su apariencia fuese perfecta. El problema era el camino hasta allí; estaba repleto de obstáculos y seres que custodiaban el lugar y sus alrededores. Enkidu la acompañó en su viaje, explicando cómo debía hacer para eludir todos los peligros del camino, pero también la advirtió de que no podrían evitar todos los percances, y que debían pasar frente a Ira, un guardián que custodiaba el castillo de la bruja.
Finalmente, estuvieron frente a él, que les propuso resolver un acertijo para dejarles continuar su camino: ¿quién es el ser, el único ser de entre todos los habitantes de la tierra, las aguas, el aire, que tiene una única naturaleza, pero posee dos pies, tres pies y cuatro pies, y es más débil cuantos más pies posee? Eva recordó en ese instante que conocía aquel acertijo; su padre, aficionado a los acertijos, se lo había planteado años antes.
Ella respondió sin dudar ni un instante– Es el hombre. Ira les dejó pasar y al fin llegaron hasta la bruja, Enkidu se quedó fuera del castillo, pues su miedo le paralizó. Eva, atemorizada, entró y encontró a la bruja. Al verla no entendió por qué todo el mundo la temía, pues encontró a una bella joven mirando tras una ventana. Sin hacer demasiado ruido se acercó y le arrebató el espejo, pues lo llevaba colgando a un lado del vestido. Sin dudarlo, lo rompió, y Satella se desvaneció como si de polvo se tratase. Eva se sorprendió de que fuera tan fácil, ¿le esperaba algo peor tras romper el espejo?
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Esperamos que te haya gustado nuestro relato, puedes encontrar una versión narrada en la siguiente entrada. Si quieres acceder a la explicación de las relaciones entre todos estos elementos y muchos otros, puedes ver nuestra publicación anterior.
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