¡Ni la guerra de Troya! [1]
Reunidos en la última página en blanco del cuento Cartas en el Bosque [2], estaban Ricitos de oro [3], Caperucita Roja [4], Los tres cerditos [5] y Hansel y Gretel [6] buscando infiltrarse en la historia para secuestrar a ese ingenuo cartero que supuestamente repartía cartitas de reconciliación, de disculpas con el fin de buscar una mejor convivencia en el bosque, pero eso no podrá ser, aquí debe mandar una pandilla y esa era la suya. Por eso, lo necesitaban para convertirse en los dueños del bosque de Haquivaqui [7]. El problema es que era muy difícil encontrarlo porque sólo aparecía de noche con su trineo conducido por las 101 dálmatas [8].
No os preocupéis -dijo uno de los cerditos- con que yo le suelte unas lagrimitas y le diga que me quiero reconciliar con el lobo el muy bobalicón va a querer hacer de mediador.
Pero si lo mató la Caperu con su revólver -saltó Ricitos de Oro.
Pero él no lo sabe pesada.
Seguro que te suelta “Confía en mí, ¿sí? Los amigos hacen eso.” [9]
Estallaron en risas y siguieron trazando su plan para hacerse con el control del bosque. Mientras tanto, el cartero miraba y escuchaba a lo lejos. Es lo que tiene estar en la cubierta, eres el que todo lo ve y el que todo lo escucha.
“La tiranía sólo lleva al fracaso” [10] ya decía yo que había mucha calma estos días pero no se equivocaron cuando dijeron que “el peligro siempre ataca cuando todo parece tranquilo” [11] -dijo desanimado.
Pero estaba tan cansado que se fue a dormir. Pobre de él no sabía que la pandilla sabía que estaba escuchando. De hecho, habían tenido esa conversación adrede para tener que pedirle disculpas y las disculpas pueden implicar un regalo que puede no ser para nada lo esperado.
Al día siguiente, fueron todos juntos sin el cerdito con un maravilloso carruaje y le manifestaron al señor cartero lo arrepentidos que estaban. Este, muy contento porque recapacitasen, aceptó sus disculpas pero de repente se dió cuenta de que…
¿Dónde está el cerdito?
En la Mansión Wayne [12], está muy avergonzado y no ha sido capaz de venir.
El cartero se quedó pensativo pero aún así, no le dió mucha importancia. Lo que no sabía era que una de las ruedas iba con sorpresa o más bien el cerdito cuya misión era reescribir las cartas para crear conflicto en Haquivaqui. Además, para darle un poco de diversión al asunto alquilaron a los siete enanitos [13] la finca de las Alcott [14] pues quién estaría contento de convivir con delincuentes.
Lo que no sabía Gretel es que el cartero también tenía a los siete magníficos[15] de su parte, los llamó justo antes de irse a dormir el día que los escuchó hablar sobre su plan.
De vosotros y vosotras depende como sigue este sueño siento deciros que este solo era uno de los tantos que tuvo la princesa Aurora durante su siesta de cien años.
[1] Homero (701 a.C.). Guerra de Troya. Odisea.
[2] Isern, S. (2016). Cartas en el Bosque. Cuento de Luz.
[3] Southey, R. (1837). Ricitos de oro y los tres osos. The Doctor.
[4] Perrault, C. (1697). Caperucita roja. Mercure Galant.
[5] Halliwell-Phillipps, J. (1849). Los tres cerditos. Rimas infantiles de Inglaterra.
[6] Grimm, J. y Grimm, W. (1982). Hansel y Gretel. Cuentos de la infancia y del hogar. Bruguera-libro-amigo.
[7] Sivertsen, R.A. (2016). El bosque de Haquivaqui. [Película]. Qvisten Animation, Steamheads Studios.
[8] Reitherman, W. et al. (1961). 101 dálmatas. [Película].Walt Disney Productions.
[9] Stanton, A. (2003). Buscando a Nemo. [Película]. Pixar Animation Studio.
[10] Reitherman, W. (1973). Robin Hood [Película]. Walt Disney Productions.
[11] Kurosawa, A. (1954). Los siete samuráis. [Película]. Toho.
[12] Kane, B. (1939). Batman. Detective comic. 27.
[13] Hand, D. (1937). Blancanieves y los siete enanitos. [Película]. Walt Disney Productions.
[14] Alcott, L. (1868) Mujercitas.
[15] Sturges, J. (1960). Los siete magníficos. [Película]. The Mirisch Company.
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